Esta frase surgió en Europa durante la edad media, se hizo especialmente conocida gracias al señor Francisco Gómez de Quevedo Villegas, un gran escritor español del siglo de oro (XVI-XVII).
En Europa se pusieron en marcha algunas tabernas, posadas y hoteles para la gente que iba de paso tuviera un lugar para descansar de su largo viaje. Sin embargo. a la hora de la comida en ocasiones no había suficiente carne de conejo, ternera, cabrito o cordero. O bien, y más probablemente, los dueños querían ahorrarse un dinerillo -con eso de los gasolinazos- para cosas importantes. Así que la opción mas viable eran los gatos -me han dicho que su carne sabe parecido al de la liebre, no quiero enterarme cómo lo supieron- que engañados eran llevados al plato. Literalmente les daban gato por liebre.
Quevedo numerosas veces hizo referencia a estas prácticas, que al parecer era algo que ocurría con alarmante frecuencia.
Desde entonces la expresión "dar gato por liebre" da una idea de engaño o estafa que se comete a voluntad en contra de una persona.