Cuando alguien nos ha empujado hasta el límite de nuestra paciencia, podemos mandar a los demás a muchos lugares para que nos dejen en paz, que no son del todo agradables. Y varias de estas expresiones originalmente no tuvieron el mismo significado que el que les atribuimos hoy. Uno de ellos es "vete a la porra".
Este modismo provino de las bandas militares españolas. Sucede que dentro de la banda, el tambor mayor era tocado por un bastón o garrote muy elegante al que todos conocían como "la porra" . Este tambor cumplía la función de marcar el paso al contingente. Y el bastón -además de golpear el tambor- tenía una función especial, de aquí viene esta expresión.
Cuando era necesario detenerse o asentar un campamento militar, el sargento clavaba la porra en algún lugar determinado, se dice que la costumbre era colocarlo en un lugar céntrico: en medio del campamento o en medio de la banda. A este lugar, era donde se enviaba a aquellos militares que habían cometido faltas leves, les decían: "Váyase usted a la porra". De modo que los militares debían quedarse en pie, callados y sin moverse por un largo rato. Cuando el sargento consideraba que era tiempo de levantar el castigo, el militar podía reincorporarse a su puesto.
Cuando era necesario detenerse o asentar un campamento militar, el sargento clavaba la porra en algún lugar determinado, se dice que la costumbre era colocarlo en un lugar céntrico: en medio del campamento o en medio de la banda. A este lugar, era donde se enviaba a aquellos militares que habían cometido faltas leves, les decían: "Váyase usted a la porra". De modo que los militares debían quedarse en pie, callados y sin moverse por un largo rato. Cuando el sargento consideraba que era tiempo de levantar el castigo, el militar podía reincorporarse a su puesto.
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