miércoles, 21 de enero de 2015
"A ojo de buen cubero"
He observado cómo la gente dedicada a la construcción tiene en su mente las medidas de los diversos materiales que necesita para crear cemento, incluso para darle diferentes consistencias, dependiendo de las necesidades. A esto le llaman calcular "a ojo de buen cubero" es decir, sin necesidad de utilizar un sistema de medición exacta, pueden dar un aproximado muy bueno de alguna medida. Existen dos probables origenes, veámoslos.
Antiguamente, un cubero era una persona que elaboraba cubas -me encantan mis definiciones- pero existía un problema. En aquellos tiempos los sistemas de medidas eran escasos, así que los recipientes podían almacenar un volumen indefinido de líquido, uno podía tener más...uno podía tener menos. Tampoco existía una medida estandarizada para una cuba. Al carecer de algún sistema métrico, sólo les quedaba hacer calculos a base de su propia percepción.
Por otro lado, se dice que entre los mineros mexicanos del siglo XIX existía uno al que se le llamaba "el cubero". Pues bien, "el cubero" desempeñaba una función importante pero sucia. Dentro de la mina había un área destinada para que los trabajadores hicieran sus "necesidades biológicas", a este lugar se le conocia como "la cuba". El cubero se encargaba de vaciar la cuba. Utilizando un balde en su espalda, debía transportar los desechos hasta otra área. Seguramente quería terminar ese trabajo lo más pronto posible, sin embargo, debía tener cuidado con no llenar demasiado el balde, ya que podía ocurrirle un lamentable accidente en el viaje.
martes, 20 de enero de 2015
"Andar hecho la mocha"
Hemos utilizado esta expresión para describir que alguien o algo se mueve a gran velocidad. Pero ¿de donde proviene esta expresión?
Cuando los ferrocarriles llegaron a México eran maquinas enormes, bestias tan largas que parecían no tener fin, definitivamente de paso muy lento y ruidoso... me viene a la mente un anciano que se mueve despacio mientras su sistema óseo cruje por dentro. Sin embargo, esa era la forma más efectiva y rápida para desplazarse
En fin, en ocasiones era necesario realizar algunas maniobras de patio: quitar, poner vagones, ordenarlos...etc. de modo que las operaciones podían complicarse debido al enorme peso del ferrocarril. Entonces apareció una locomotora mucho más pequeña -sin filas interminables de vagones- destinada a realizar aquellas labores de estación. Debido a su tamaño y peso, esta maquina se movia más rapido que su anciano familiar. La gente apodó a esta locomotora como "la mocha".
Desde entonces, "andar hecho la mocha" ha significado desplazarse con rapidez.
Cuando los ferrocarriles llegaron a México eran maquinas enormes, bestias tan largas que parecían no tener fin, definitivamente de paso muy lento y ruidoso... me viene a la mente un anciano que se mueve despacio mientras su sistema óseo cruje por dentro. Sin embargo, esa era la forma más efectiva y rápida para desplazarse
En fin, en ocasiones era necesario realizar algunas maniobras de patio: quitar, poner vagones, ordenarlos...etc. de modo que las operaciones podían complicarse debido al enorme peso del ferrocarril. Entonces apareció una locomotora mucho más pequeña -sin filas interminables de vagones- destinada a realizar aquellas labores de estación. Debido a su tamaño y peso, esta maquina se movia más rapido que su anciano familiar. La gente apodó a esta locomotora como "la mocha".
Desde entonces, "andar hecho la mocha" ha significado desplazarse con rapidez.

"Con un ojo al gato y otro al garabato"
Esta expresión proviene de Oaxaca (México) pero no tiene nada que ver con observar a un gato y rayones sin sentido a la vez.
Según la RAE, un garabato es un "instrumento de hierro cuya punta forma un semicírculo. Sirve para tener colgado algo, o para asirlo o agarrarlo". Y así es, cuando los refrigeradores aún no existían era necesario guardar la carne y demás de alguna forma, por lo que la colgaban de algún lugar alto. Sin embargo, las ratoneras tampoco existía. Así que usualmente se poseían gatos para acabar con los ratones. Porque claro, los ratones comen carne y los gatos comen ratones. Debe ser la solución perfecta, ¿no?
Pues, llegó a ocurrir en más de una ocasión que un gato se colgaba del garabato para robar la comida, ¿para que conformarse con un pequeño ratón que, además, era difícil de alcanzar?. Es por eso que la gente debía estar atenta a la comida y a los movimientos malvados del gato.
Así, desde entonces, "con un ojo al gato y otro al garabato" quiere decir que al observar algo, no perdamos de vista lo demás.
Según la RAE, un garabato es un "instrumento de hierro cuya punta forma un semicírculo. Sirve para tener colgado algo, o para asirlo o agarrarlo". Y así es, cuando los refrigeradores aún no existían era necesario guardar la carne y demás de alguna forma, por lo que la colgaban de algún lugar alto. Sin embargo, las ratoneras tampoco existía. Así que usualmente se poseían gatos para acabar con los ratones. Porque claro, los ratones comen carne y los gatos comen ratones. Debe ser la solución perfecta, ¿no?
Pues, llegó a ocurrir en más de una ocasión que un gato se colgaba del garabato para robar la comida, ¿para que conformarse con un pequeño ratón que, además, era difícil de alcanzar?. Es por eso que la gente debía estar atenta a la comida y a los movimientos malvados del gato.
Así, desde entonces, "con un ojo al gato y otro al garabato" quiere decir que al observar algo, no perdamos de vista lo demás.
lunes, 19 de enero de 2015
"Tirar la casa por la ventana"
La lotería en España llegó durante el reinado de Carlos III en 1763, que la importó de la tradición napolitana. Para la gente de aquel tiempo, era especialmente atrayente la idea de que el mismo Estado se encargara de repartir los premios, pues les daba certidumbre de realmente recibirlos, eso le otorgo rapidamente popularidad.
Llegaba el día de anunciar quien sería el ganador, miles están expectantes del resultado. Entonces sólo uno, uno, de toda aquella muchedumbre rompe su ansioso silencio y grita con extásis...es el ganador. Es tanta la alegría que comienza a arrojar sus muebles, cuadros, herramientas, ¡mascotas! -exageración mia- ¡todo por la ventana!. Esa era la forma cómo se celebraba cuando se ganaba la lotería.
Actualmente, en algunas regiones se acostumbra arrojar algunas cosas por la ventana al inicio de cada año, se trata de un ritual que tiene lugar con el próposito de atraer riqueza, según ellos. Creo que sería más efectivo venderlas que arrojarlas por la ventana, mi opinion.
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